miércoles, 18 de noviembre de 2009

REGALO DEL MAESTRO PARA VIOLETA!!

¿Hay algo que pueda hacer la madre para que el proceso del nacimiento sea más fácil para el niño?


Sin duda la madre puede hacer mucho, pero sólo lo puede hacer no-haciendo. Por eso simplemente relájate. Sólo hay que acordarse de no interferir, y cuando empieces a sentir dolor sencillamente acompáñalo. Cuando empiezas a sentir los movimientos en el vientre, el cuerpo empieza a prepararse para el nacimiento y hay una pulsación rítmica en tu interior.

La gente piensa que esa pulsación es dolorosa; no es dolorosa; es nuestra interpretación equivocada lo que la hace dolorosa.
Por eso cuando aparezcan las contracciones, simplemente acéptalas, flota con ellas. Es como inspirar y expirar, de igual modo el vientre y el canal de nacimiento empiezan a expandirse y a encogerse. Esto es sólo una manera de crear un conducto para el niño. Cuando sientes ese dolor, cuando decides que es dolor, empiezas a luchar en su contra porque es muy difícil no luchar contra el dolor. Cuando empiezas a luchar empiezas a interferir con el ritmo. Esa interferencia es muy destructiva para el niño. Si la madre simplemente ayuda al niño, si todo lo que le pasa a la madre acompaña al cuerpo se expande con el cuerpo, se encoge con el cuerpo, permite las contracciones y las disfruta es realmente un gran placer. Pero depende de como te lo tomes.
Por ejemplo, ahora al menos, en Occidente la gente tiene ideas más avanzadas sobre el sexo. De otro modo en el pasado, a través de los siglos, la primera experiencia sexual era muy dolorosa para la mujer. Ella estaba temblando porque desde su infancia le enseñaron que era repugnante, muy animal, por eso estaba temblando de miedo. Cuando la luna de miel se acercaba la mujer se echaba a temblar. Ella tenía que ir a través de la prueba, era una prueba, y por supuesto dolorosa. Pero ahora, al menos en Occidente, el dolor a desaparecido.

Es una hermosa experiencia, es orgásmica.
Lo mismo pasa con el nacimiento. Es un orgasmo más grande que el sexual, porque en le orgasmo sexual tu cuerpo sigue un ritmo: se expande, se encoge, se expande, se encoge, pero no tiene ni punto de comparación como cuando vas a dar a luz. Dar a luz a un niño es un orgasmo un millón de veces más grande. Si te lo tomas como un orgasmo feliz, dichosa, disfrutándolo, eso es todo entonces el niño sale del pasaje ayudado por ti. De lo contrario si la madre está luchando el niño quiere salir y la madre está luchando y no está permitiendo el movimiento que es necesario, el movimiento preciso. Algunas veces el niño se atasca, su cabeza se atasca.

Si esto sucede el niño lo padecerá toda su vida.

No será tan inteligente como podría haberlo sido, porque su cabeza es muy delicada y el cerebro todavía se está desarrollando. Un pequeño shock, una pequeña obstrucción bastan para que su cerebro ya no sea tan saludable como podría haberlo sido.
Por lo tanto, colabora, disfrútalo. Tómatelo como si estuvieras experimentando un gran orgasmo, eso es todo. La mayor ayuda que le puedes prestar al niño es no interferir. Entonces el niño saldrá fácilmente, relajado, en un dejarse ir. No necesitará terapia primaria, de lo contrario, todo el mundo necesita terapia primaria porque todo el mundo sufre el trauma del nacimiento. Y ha sido muy doloroso para el niño. Sólo es su primera experiencia, y es tan desagradable, tan sofocante que casi mata al niño: el conducto es estrecho, la madre está tensa y el niño no puede salir del conducto.
Esta es su primera experiencia. Por lo tanto su primera experiencia es infernal y luego toda su vida es desdichada.

Deja que esa primera experiencia sea un hermoso fluir y constituya una base para el niño.


Osho